En la comunidad ortodoxa, Jarula Batsakis Kurlas ha desempeñado un papel importante en la reinstalación de la Junta Directiva y las Damas Ortodoxas, ayudando a recolectar fondos y organizar eventos para el sostenimiento de la parroquia.

Durante los años 2012-2013, hubo sucesos muy importantes que permitieron que la Parroquia comenzara a tener cierta independencia, con todas las responsabilidades que esto conllevaba.

La Comunidad Ortodoxa, a partir de mediados de 2013, se haría cargo del mantenimiento de la iglesia del Hogar Rafael Ayau. Por ello, gracias al Sr. Issa Hanna y a su esposa, la Sra. Noha Makarian (sobrina del Padre Michel Boghos), así como al apoyo decidido de las familias Ghawali, Hanna, Bandi, Aranki, Abed, Dimitrakis, Batsakis, Hadweh, Makarian, Turjman, entre otros distinguidos miembros, se pudieron revivir los anteriores órganos de la Parroquia como la Junta Directiva y la Rama Femenina que, en adelante, pasó a llamarse Damas Ortodoxas.

Comisión Transitoria

Para lograr esto, se convocó a una Asamblea General el 19 de mayo de 2012 y se nombró una Comisión Transitoria para evaluar la situación y sentar las bases para la elección de una reinstalada Junta Directiva (elegida el 25 de julio). Posteriormente, el 21 de septiembre, se reinstauraron a las Damas Ortodoxas.

Entre las primeras tareas de la Junta (encabezada por la Sra. Jarula Batsakis de la colectividad griega), nuevamente se comenzaron a recolectar cuotas para el sostenimiento de la Parroquia. Otro asunto fue que, como la Parroquia no era dueña de su Templo, la Comunidad comenzó a anhelar un lugar propio.

Por parte de las Damas (a cargo de la Sra. Noha Makarian), ellas se hicieron cargo del mantenimiento del Templo, compra de artículos para limpieza y para uso litúrgico, y pago para personal de aseo, además de organizar labores altruistas y actividades para difusión de la fe (Catecismo, coro), y colectar fondos para la iglesia.

La ortodoxia es vida. No hay que hablar de la fe, hay que vivirla.

La ORTOPRAXIS HAY QUE PONERLA EN VIGOR

Nuevamente los monjes nos dejan su hermosa sabiduría en simples frases que debemos mantener cerca de nuestro corazón. Esta fe simplemente hay que vivirla, nuestras palabras no valen nada si no van de la mano con buenas obras.